jueves, 24 de enero de 2008

DIA TIPICO


El Blog no me permitió pone runa imagen mas grande... asi q espero q si la clickean les aparezca en tamaño real. Sino, es que el hipervínculo me salio como el toor (leyeron bien, no es tour de paseo).
He aquí un día típico de mi vida. Como puede observarse, es un dia de verano, ya que no figura "cursado". Tambien puede verse que es un dia de los que no voy al gimnasio, ya que éste no figura. Y por último, no es un fin de semana, porque trabajo.
Entonces ustedes dirán ¿qué tiene de típico?... Desde ya les aclaro que no pienso responder esa pregunta. Si ponía todo era mucho, jaja.
No me había dado cuenta de la cantidad de mate que tomo, ni de la cantidad de logos de la UTN que hay en internet.
Hoy decidí romper con todos los esquemas por una simple razón: EL BLOG LO ESCRIBO YO.
A veces desayuno pan nada mas. Pero el logo de la panadería no estaba en internet.
Esto de romper las estructuras no siempre suele ser útil:
Una vez, un profesor no se animaba a apagar un proyector por la humedad. No queria quedarse "pegado". Yo recordé que en ELECTRICIDAD en 8º año de La Fray nos enseñaron que se dispone de 4 segundos antes de morir electrocutado. Entonces, en un acto de camaradería con el profesor, me acerco a él y con un rápido movimiento del dedo, simplemente desconecto la zapatilla de enchufes que alimentaba al proyector. Sonriendo, y levantando ambos pulgares a la vez, le hago un gesto al profesor emulando un "cuando necesite ayuda, pida nomás". A lo que el hombre me responde con una expresion altamente iracunda, rozando la furia: "HABIA QUE APAGARLO ANTES DE DESENCHUFARLO"...

Mi calefón es ORBIS.

jueves, 3 de enero de 2008

Desventuras caninas en dos ruedas

Como algunos de ustedes sabrá, si han leído la entrada anterior, he pasado por muchas en la moto. Pero hablo de dos ruedas, porque quiero incluir a la bici también. En algún momento pensamos que lo peor que puede suceder entre un perro y un ciclista es una mordida. Hasta que nos damos cuenta de que si queremos esquivarlo levantando una pierna puede darnos lumbalgia. Si tenemos la fortuna de contar con un vehículo motorizado, eso no trae peores consecuencias que 5 inyecciones y 5 dias en cama soportando dolores de los mas intensos. Si no contamos con un vehículo motorizado, el sufrimiento se prolonga a los primeros dias del alta, ya que con temor de que vuelva a sucedernos y alguna secuela que queda por sanarse, el viaje en bici parece ser una tortura. Yo soy de los primeros, tengo la "Máquina de la Muerte" con la cual nos estamos llevando bastante bien.

Un día, camino al trabajo, me pasó algo que nunca antes había vivido. Otra vez con perros. Pero esta vez pareció tratarse de una pandilla. Llegando a la esquina, me dispuse a frenar, ya que venía un auto por la calle que estaba por cruzar. En eso, se vienen acercando hacia mi cuatro perros, dos de cada lado. Pensé "si no me muevo, no se me van a acercar, porque les atrae el movimiento". Para los que piensen asi, sépanlo: ES MENTIRA. Los perros se venían acercando hacia mi, y pude ver al auto cruzando detrás de ellos a unos 40 km/h, pero para mí tenía la lentitud de una tortuga enyesada.

Viendo como las cuatro alimanias se acercaban a mi, comencé a hacer sonar mas fuerte el motor, cuestion que ni bien el cacharro terminara de cruzar la calle, saldría picando a mas no poder. Pero debía esperar que el auto terminara de pasar.Por si no lo notaron, esos segundos fueron interminables.

En eso, uno de ellos que parecía ser el jefe de la pandilla se acercó mas, y me miró a los ojos. Pude percibir un desafío: SALIR ILESO.

Cuando lo que para mi en ese momento se había transformado en una limousine con 3541646 ventanas terminó de pasar, puse primera y aceleré a fondo. Lo único q me faltaba era que errara el cambio y la moto se detuviera dejándome a merced de las bestias. Para mi fortuna, no sucedió, y salí andando como si estuviera jugando una picada por mi vida. Y realmente lo estaba.

El jefe y su mano derecha quedaron atrás. Pero aún faltaban dos secuaces. El último se avivó y empezó a encerrarme. Cuando estaba por quedar atrás, con todas sus fuerzas pegó un salto y alcanzó a desgarrar la botamanga izquierda de mi pantalón entre sus fauces. Fue lo último que osó hacer ese perro delante de mi. Paré la moto y lleno de ira saqué la linga para azotarlo, cuando noté que se me hacía tarde para entrar a trabajar. Jamás volvi a ver esa pandilla... Porque intento evitar esa esquina cada dia de mi vida.
¿COBARDÍA? Nahh... yo prefiero llamarlo ASTUCIA...

"Si no puedes con tu enemigo, esquívalo"