lunes, 12 de enero de 2009

Viaje a Chile (Parte I - "La ida")

Llegaban las 6.30 de la tarde y nos dísponíamos sobre la plataforma 11 de la Terminal de Ómnibus. Yo no tenía idea de lo que era hacer un viaje internacional así que estábamos junto con SNynph y su familia esperando a que llegara el colectivo. El viaje consistía en un primer tramo hasta Mendoza, un segundo tramo hasta Santiago de Chile y un tercer tramo de Santiago a Temuco, Lautaro.

Luego de presentaciones familiares y conversaciones varias se asomó un colectivo que decía "Fiesta de la Vendivia - Mendoza", y comenzamos a sospechar que podría tratarse de nuestro cole. Sospecha que confirmamos cuando leímos "San Nicolás-Mendoza" en el cartelito.

Subí al colectivo con ansias de sentir el aire acondicionado sobre mi, cuando lo que me encontré fue que prendían el aire al iniciar el viaje, así que al inicio fue algo sofocante... Despues las cosas se empezaron a enfriar. Una vez que ya estábamos a temperatura habitable, me llevé la sorpresa de que tenía algunos lujos a los que no estaba acostumbrado: Un sillón que parecía un colchón (forrado de cuero), una almohada, una frazada y un servicio a la habitación, que en este caso viene a ser como un "servicio al asiento". Pasaron una extraña película llamada Primeval, que a diferencia de lo que muchos estarán pensando, se traducia como "primitivo" y se trataba de un mostruo.

Escuché tantas veces "Gaseosa" con una fuerte tonada provinciana, a cualquier horario y en cualquier situación que cuando dijo "Estamos llegando a destino" hasta pareció ser un alivio.

Llegábamos a Mendoza. Mi reloj marcaba las 9. Dijeron "a las 10 sale el colectivo a Santiago de Chile". Estaba bien, sólo una hora. Cuando me fijo, en todos lados los relojes marcaban las 8. Mendoza no había corrido la hora como la presidenta impuesta, digo... electa (no por mi, aclaro) anunció que debía hacerse. En fin... en lugar de una hora, eran dos. Internet y Counter de por medio, partimos a Santiago de Chile.

Subimos la Cordillera y la vista era magnífica, salvo cuando el colectivo se inclinaba hacia afuera en las curvas al borde de los precipicios. El servicio del colectivo nos dio un alfajor, que para sorpresa mía, era de la misma marca que el colectivo!!... No es que no conozca del tema, pero me pareció algo un poco extraño, ya que las gaseosas y el resto de la comida no tenían ninguna marca de la empresa.


Llenamos las visas. Entre los datos que pedían, se escuchó que alguien dijo "Sexo: 10 puntos", pero los casilleros no daban como para completarlo asi... Llegamos a la Aduana de Chile: Prohibido entrar con productos animales o vegetales. No se por qué, nadie revisó los bolsillos. Luego de dos horas de espera, en 10 minutos nos fuimos de la frontera.

Bajamos de la Cordillera por una ruta que hacía una "S" con varias vueltas, y todas al borde del precipicio... otra vez. Ya yéndonos de Los Andes, vimos "Man On Fire", excelente película que hacía tiempo tenia ganas de ver: Un guardaespaldas al que le secuestran la protegida, pira mal, mata a medio mundo y la consigue de vuelta.

Llegamos a Santiago, y vuelta a retocar los relojes... 15 minutos de diferencia con Mendoza. ¿Alguien me puede explicar como es que si los husos horarios van de hora en hora según la capital del país, puede haber 15 minutos de diferencia entre una ciudad y otra, que están a escasos cientos de km una de otra?

1 comentario:

Gabriel dijo...

Fuoo...

Este blogero no actulizo mas...